La prevención de riesgos laborales (PRL) es un aspecto básico en cualquier empresa, ya que afecta directamente a la seguridad de los trabajadores. En este sentido, contar con la formación adecuada permite minimizar los riesgos en el puesto de trabajo y crear un entorno laboral más seguro, cumpliendo además con la normativa vigente.
En este post, aclararemos si el curso de prevención de riesgos laborales es obligatorio y en qué casos, pero también hablaremos sobre cuándo debe realizarse, quién se encarga de pagarlo y qué consecuencias puede ocasionar no realizarlo.
¿Es obligatorio hacer el curso de PRL en la empresa?
En España, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 19 que el empresario debe garantizar que todos sus empleados reciban formación en materia de prevención de riesgos laborales, siempre adaptada al puesto que ocupa cada trabajador y suficiente sobre todos los riesgos existentes.
Por tanto, llevar a cabo un curso de prevención de riesgos laborales no es opcional ni depende de la voluntad de la empresa o del trabajador, sino que constituye un deber legal que ambas partes deben cumplir. El objetivo es asegurar que cada persona conozca los riesgos asociados a su puesto de trabajo y sepa aplicar las medidas preventivas adecuadas para minimizar el riesgo de accidente o lesiones.
Además, la ley de PRL también determina que la formación debe ser tanto teórica como práctica, y adaptada específicamente a las funciones concretas de cada trabajador. Por tanto, no hay un solo curso obligatorio de prevención de riesgos laborales, dado que un administrativo no afronta los mismos riesgos que un albañil, por ejemplo, y ambas formaciones serán diferentes para adaptarse a los riesgos y medidas preventivas en cada caso.
De hecho, ciertos sectores como el de la construcción o el del metal disponen de convenios específicos que regulan tanto los contenidos como la duración de los cursos de prevención de riesgos laborales, dados los riesgos específicos propios de este tipo de profesiones.
Por todo ello, se puede concluir que llevar a cabo una adecuada formación en prevención de riesgos laborales es obligatorio y forma parte de las responsabilidades legales del empleador. De hecho, como veremos más adelante, no cumplir con esta obligación puede suponer sanciones económicas y, lo que es más importante, aumentar el riesgo de siniestralidad laboral.
¿Quién está excluido de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales?
La Ley de PRL se aplica de forma general a todas las empresas y trabajadores, aunque existen algunas excepciones muy concretas, que vienen reguladas en su artículo 3.
Actualmente, la normativa no se aplica en aquellas actividades que, por su propia naturaleza, requieren de un régimen especial, como son las realizadas por las Fuerzas Armadas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o determinados servicios de protección civil en situaciones de emergencia. En estos casos no se aplica la ley como tal, pero sí se establecen normas específicas inspiradas en los mismos principios de seguridad y salud.
Cabe señalar que, hasta 2022, el trabajo en el hogar familiar también estaba excluido y los empleados no estaban amparados por esta normativa, pero desde dicho año se les reconoce el mismo derecho a la prevención que al resto de trabajadores. De este modo, se garantizan unas condiciones de trabajo más seguras en un sector tradicionalmente desprotegido.
¿Cuándo se debe realizar la formación?
Por otra parte, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales también indica en qué momentos debe impartirse la formación. En primer lugar, siempre debe hacerse al inicio de la actividad profesional, es decir, cuando el trabajador se incorpora por primera vez a la empresa. Así, dispondrá de los conocimientos necesarios para identificar y prevenir los riesgos propios de su puesto desde el primer momento.
Sin embargo, el curso de prevención de riesgos laborales también será obligatorio cuando el empleado cambie de puesto de trabajo o asuma nuevas tareas que impliquen riesgos diferentes a los que tenía anteriormente. Del mismo modo, también debe impartirse en caso de introducirse nuevas tecnologías, equipos o procesos que modifiquen las condiciones de seguridad. Por último, la empresa tiene que proporcionar formación de nuevo cuando detecte deficiencias en materia de prevención o cuando los resultados de la evaluación de riesgos así lo aconsejen.
También cabe destacar que el curso de prevención de riesgos laborales debe hacerse preferentemente dentro de la jornada laboral y, de no ser posible y tener que realizarse fuera del horario, esas horas computarán como tiempo efectivo de trabajo.
¿Quién debe pagar la formación en PRL?
La normativa establece de forma expresa que la formación en prevención de riesgos laborales debe ser siempre gratuita para el trabajador. Esto es, nunca puede descontarse de la nómina ni cargarse al empleado de ninguna forma, ya que la responsabilidad económica recae íntegramente sobre la empresa.
Asimismo, dado que los cursos siempre se considerarán tiempo de trabajo efectivo, el empleado no puede verse perjudicado ni en su descanso ni en su salario por recibir este tipo de formación.
En este sentido, si a un trabajador le exigen pagar el curso de PRL o hacerlo fuera de su horario laboral sin compensarle las horas, puede reclamarlo dado que es la empresa quien tiene la obligación legal de cubrir todos los costes asociados a este tipo de formación.
Consecuencias de incumplir el curso de Prevención de Riesgos Laborales
Por último, debes saber que no cumplir con la obligación de realizar el curso de prevención de riesgos laborales puede acarrear serias consecuencias tanto para la empresa como para los trabajadores.
Desde el punto de vista legal, Inspección de Trabajo puede imponer sanciones económicas a la empresa por no garantizar la seguridad y salud de su plantilla, con multas que pueden variar en función de la gravedad del incumplimiento. Dichas sanciones pueden considerarse leves, graves o muy graves, lo que determinará la cuantía a pagar, que puede ascender hasta cientos de miles de euros.
Además de las sanciones administrativas, existe una consecuencia todavía más importante: el aumento del riesgo de accidentes y enfermedades laborales. Y es que un trabajador sin la formación adecuada puede desconocer los peligros que conlleva su puesto, no saber cómo actuar en una emergencia o usar de forma incorrecta los equipos de protección, poniendo en riesgo tanto su seguridad como la de sus compañeros.
Del mismo modo, si un trabajador se niega a hacer el curso propuesto por la empresa, puede considerarse un incumplimiento laboral y acarrear una sanción que dependerá de la dirección de la empresa.
Por último, si en caso de accidente se demuestra que la empresa no facilitó la formación obligatoria, podría enfrentarse a responsabilidades legales muy serias, dado que puede llegar a ser considerada responsable del accidente. En este caso, la organización podría afrontar reclamaciones por daños y perjuicios, e incluso una condena penal si el accidente tiene consecuencias mortales.
Por todo ello, impartir la formación de PRL de manera adecuada y conforme a la legislación es imprescindible para evitar sanciones y responsabilidades, pero sobre todo es esencial para mantener unas buenas condiciones de salud y seguridad en el entorno laboral y minimizar todo lo posible el riesgo de accidentes.